MONTEQUINTO ES DE COPAS

MONTEQUINTO ES DE COPAS

Todo comenzó con el viaje frustrado a tierras escocesas, como bien recordaréis, debido al contexto sanitario del momento fuimos muchos los béticos que, en vísperas de Navidades, no quisimos arriesgarnos a quedarnos en estas fechas señaladas encerrados en un hotel de Glasgow celebrando la Noche Buena más solos que Juan Carlos I. Después de un mes sin viajar y con el último cancelado, no podíamos terminar el año sin un último desplazamiento que nos matara un poco el gusanillo. Partido un jueves laborable, de noche, con precios de entradas poco atractivos y sin otra forma de desplazarse que no fuera en coche, pero allí que fuimos, está Copa tenía que ser nuestra y teníamos que estar en cada desplazamiento arropando a los que unos meses más tarde se convertirían en nuestros héroes.

Empezamos a organizarlo, preguntamos cuantos vendrían y, como siempre, de primeras se apuntan unos 25-30 pero a medida que pasaban los días ese número bajaba considerablemente y al final, nos juntamos 9 miembros de nuestra peña (PB Montequinto). Creo que los únicos a los que nos habían dado el día o los que habíamos conseguido mentir lo suficientemente bien en el trabajo para que no dieran el día. Llegó el día del partido y, como no podía ser de otra forma, problemas para que nos den la furgoneta. Después de estar dos de nosotros más 2 horas de discusiones en Santa Justa, que se acordaran de toda nuestra familia, cercana y lejana, logramos salir. Ponemos rumbo a Córdoba para recoger a los dos que faltaban, pero, a mitad de camino, tuvimos que hacer la primera parada para que uno de nosotros fuera al servicio. No éramos conscientes de lo que estaba por venir. Paramos en Córdoba, nos comimos el peor desayuno que hemos tomado en Andalucía (mejor que cualquiera de Madrid) y por fin, salimos hacia Talavera de la Reina. Paramos una vez más en Despeñaperros para que el mismo individuo, que ya había ido tres veces, fuera “por última vez” al baño, pero no fue así. Llegando a Toledo empieza a gritar: ¡Parad, parad, parad ya que me meo!, frenamos en mitad de una incorporación, nos paramos en el arcén y, para sorpresa de todos, ¡se había meado encima! Esta persona, mientras toda la furgoneta aguantábamos la risa, se baja y decide terminar de mear en el arcén con el viento en contra para terminar de mojarse. Se ve que tenía calor.

Una vez en Talavera nos ponemos en busca de algún establecimiento en el que refrescarnos con el tradicional zumo de cebada, empezar la previa y juntarnos con el resto de béticos que venían a ver el partido. Nos paramos en un bar enfrente del estadio y allí nos juntamos la mayoría de béticos desplazados, entre los que se encontraban miembros de varios grupos y peñas de la grada baja de Gol Sur y algún bético de Talavera de la Reina y ciudades cercanas, en total, unos 25/30 golsureños presentes junto a otros 200 béticos. Lo típico de las previas, cánticos, hermandad, bebidas y pasarlo bien hasta que llegara la hora de ir hacia el estadio.

Llegamos al estadio, aroma a fútbol añejo, con gradas prácticamente pegadas a la línea, ¡llegaba el olor a césped a la grada! Hay que reconocer que una de las pocas decisiones acertadas por parte los dirigentes del fútbol español en los últimos años, ha sido el nuevo formato de La Copa, que podamos disfrutar, aunque sea un poco, del fútbol de toda la vida, es un lujo.

Como siempre, había una grada visitante repleta de hermanos béticos y, entre todos los que éramos como suele pasar en estos casos, y sin saber si  por los principios empíricos de la jodida ley de Murphy o el Karma en su venganza a las travesuras del viaje anterior a Alicante con los cámaras (ver crónica Alcoy), la imagen en directo por televisión no fue otra que la de un servidor cubata en  mano y cigarro en otra, cuando supuestamente no podías ir a trabajar porque estabas muriéndote en casa y encima tus jefes te pillan. En fin, cosas que a todos nos ha pasado alguna vez por querer acompañar al Betis a todos lados. Para los más curiosos, si, conserve mi trabajo, pero solo hasta el 23 de abril, día en el que me pusieron en la tesitura de “trabajo o final de Copa” y aquí estoy dos meses después, escribiendo la crónica del viaje a Talavera y echando Curriculums en busca de ingresos para gastármelos en Ryanair y pensiones de mala muerte de ciudades europeas.

Del partido solo vamos a decir dos cosas: Joel y Lainez nos dieron parte del título que hemos ganado, que conocimos a un pequeño de diez años, natural de un pueblo de Toledo y que, misteriosamente, es igual o más bético que nosotros sin haber tenido la suerte de haberlo mamado en casa, en la familia o en su entorno. Gracias a gente como este pequeño el Real Betis Balompié es tan grande.

Tras el partido, parada en un Burger King para comer algo rápido y rumbo a Sevilla por la peor ruta que podía haber. Después de muchas horas, muchas curvas, no encontrar gasolinera abierta y acabar echando gasolina en la gasolinera más tercermundista de toda España, por fin llegamos a la Ciudad del Betis, con 2 horas de sueño por delante para poder ir a trabajar lo más decentemente posible. O, mejor dicho, lo menos indecentemente posible.

Viaje que, sin esperarlo, creo que ha sido uno de los que más hemos disfrutado y que sin duda hacen que amemos aún más a nuestro equipo. Como dijo Joaquín, nuestro capitán, el día que pasamos a la final contra el Rayo, “qué bonito es ser del Real Betis Balompié, no por estas noches sino también por otras cosas”.

PB MONTEQUINTO.

MIEDO Y ASCO EN ALCOY

MIEDO Y ASCO EN ALCOY

Como todas las grandes historias, todo comenzó con la coletilla mas famosa y temida de todos los tiempos, ´´A que no hay huevos de presentarnos en Alcoy a ver el Betis“. Todo esto carecería de merito si no fuese porque el partido era un miércoles y la famosa frase y el origen del viaje surgió el Domingo tras un postpartido del glorioso y  apenas tres días antes del partido. Con el subidón de la victoria en casa ante el Levante y alguna copa que otra en el cuerpo, empezamos a buscar las formas de viajar hasta Alcoy. Al ser entre semana todas las opciones eran prácticamente inservibles, puesto que eran bastantes horas de carretera, había que compaginarlo con los trabajos y no salían las cuentas respecto a los horarios. Todo parecía ir en contra hasta que un miembro del grupo encontró un vuelo de Sevilla a Alicante para el día del partido y por la friolera cantidad de 8 euros. Inmediatamente empezamos a sacar los vuelos. De primeras no fueron ni cinco personas pero como pasa siempre, poco a poco la gente fue envenenándose y se empezaba a sacar el vuelo por su cuenta. De 5 pasamos a 8, de 8 a 10, de 10 a 16 y la misma mañana del viaje cerramos la lista con 21 personas. Desde aquí me gustaría hacer mención a ciertos miembros del viaje que se inventaron enfermedades y defunciones de familiares para poder salir antes de trabajar y llegar al vuelo que salía a las 2. El que esté leyendo esta crónica bien hace en preguntarse que coño hacíamos en Alicante si el partido se jugaba en Alcoy y es aquí donde empieza la segunda parte del viaje. En Alicante tuvimos que alquilar 3 furgonetas para poder desplazarnos hasta Alcoy que se encontraba a una hora de viaje del aeropuerto. Tras recoger las furgonetas y tras unas paradas para satisfacer las necesidades de algún que otro amigo de lo ajeno, pusimos rumbo hasta Alcoy.

Una vez en Alcoy y a falta de 3 horas para el partido decidimos hacer un poco de turismo por la ciudad. Nos reunimos con 9 miembros de BETIS BARNA que habían bajado de la ciudad condal para hacernos compañía y los 30 regalitos de Dios pusimos rumbo hacia el centro de Alcoy. Como podéis imaginar se acabó la tranquilidad de la que podía gozar esta humilde localidad un miércoles por la tarde. Unas horas en el centro, algunas compras de decimos de navidad, la invasión a un Belén viviente y para el estadio que llegaba el bus del equipo y había que darle una sorpresa a aquellos que pensaban que un miércoles a las 9, en la primera ronda de Copa y contra un rival de tercera, el Betis no tendría el apoyo de su infantería mas fiel y leal.

Llegó el autobús y más de un centenar de béticos cortaban el acceso al estadio con bengalas verdes y con una pancarta que ya es historia viva del Real Betis y que rezaba SOLO HONRAMOS TU ESCUDO. Tras el recibimiento era hora de poner rumbo al interior del estadio.

El estadio respiraba aroma de futbol del de verdad, del de toda la vida. Un estadio sin apenas asientos, donde prácticamente todo el futbol se ve de pie y a pie de campo. Un estadio con niños jugando al futbol en las porterías antes de que empezara el partido y donde nos dieron la mejor noticia que alguien podía darnos en ese momento… HAY ALCOHOL EN EL BAR DEL ESTADIO.

Del partido poco mas que decir, entre la superioridad del Betis y la superioridad del alcohol en nuestro cuerpo se pasó volando. Al final del partido y aprovechando que aquello era casa Pepe algunos miembros del grupo decidieron darse un paseo por el césped para ver si se traían a Sevilla algún que otro calcetín sudao de alguno de los jugadores. El balance fue positivo; La camiseta de Miranda, los guantes de Joel Robles y que 2 de los que se supone que estaban malos y en el tanatorio salieran por la tele a 600 km de donde les habían dicho a sus jefes que iban a estar.

Tras el partido y tras un asalto a una de las furgonetas de realización de DAZN para desconectar cables y tocar botones ( No nos juzguéis, os recuerdo que se vendía alcohol en el estadio) pusimos rumbo para Sevilla.

Y no se si os habéis dado cuenta pero en ningún momento de la organización del viaje he mencionado el viaje de vuelta. Y es por la sencilla razón de que no había ningún vuelo de retorno y la vuelta tuvimos que hacerla en furgoneta…

600KM después llegamos a Santa Justa a soltar las furgonetas y de ahí cogimos un taxi para nuestras casas a dormir calentitos nuestros PUESTOS DE TRABAJO.

Para el que aquí escribe ha sido uno de los viajes mas puros y auténticos de los que ha hecho siguiendo al glorioso, que no son pocos. Y creo que mis compañeros de viaje pueden decir lo mismo.

Hoy, mañana y siempre LARGA VIDA A LOS FANATICOS DEL REAL BETIS BALOMPIE.

Pd. Un saludo al cámara de Dazn y un abrazo a mi jefe que ese día no vio la tele.